El inquilino de los Pinos esta solo
Luis Kaim G.
Lo que está sucediendo en nuestro país como ya lo he dicho en otra ocasión, parece un juego de “guerritas”, descalificar –aunque podría ser justificado o no- a Enrique Peña Nieto, por todos los errores cometidos en estos años de gobierno, no nos va a llevar a ningún lado, por lo menos no a un buen lugar.
Los tiempos de la comunicación han avanzado a tal grado que han permitido que se ejerza una libertad de expresión muy amplia, y con la ayuda de las redes sociales, más.
Ahora, lo importante, es atacar y someter a un juicio mediático al inquilino de los Pinos, sin darnos cuenta, que eso como nación, nos daña y perjudica enormemente, pues la imagen presidencial la hemos minimizado al máximo, y hemos olvidado que no deja de ser una investidura máxima para nuestro país.
Peor aún, cuando los niveles de aceptación de la población hacia Enrique Peña Nieto están más bajos que nunca; y no debemos hacer a un lado ni olvidar, que faltan dos años para que concluya este gobierno.
No olvidemos amigo lector, que a nadie le conviene tener un jefe del Ejecutivo en esas condiciones, pues no sólo afectan su credibilidad, sino la de todo un país.
La pregunta que queda hacernos, es: ¿a dónde conduce este enfrentamiento entre las decisiones de Peña Nieto y la opinión pública? Haciendo memoria, no tengo registro alguno de una situación similar en la que se hayan marcado estos desacuerdos entre la prensa y el Presidente.
Tanto la sociedad como los medios hoy cuestionan libremente cualquier acto o intervención del gobierno. Y no hay quien salga a defenderlo, bueno, ni los integrantes de su gabinete, y eso, ya es muy preocupante.
En la memoria de la opinión pública ya no será fácil borrar la imagen que dejó tras la visita de Donald Trump a nuestro país, ni siquiera con la renuncia de Luis Videgaray.
Hay que resaltar que hoy, la figura presidencial es golpeada por fuego enemigo, pero peor aún, es golpeada más por el fuego amigo.
Por otra parte, la disculpa que pide el periódico inglés The Guardian por haber publicado una nota sobre el supuesto departamento en Miami Florida de la esposa del presidente Peña Nieto, misma que resultó falsa, nos obliga como lectores, a verificar la información que circula en las redes sociales, que muchas veces por la inmediatez, se publica sin el mínimo cuidado, de lo que puede generar, pues ésta puede afectar la vida privada de las personas y hasta a un gobierno que esta sediento de credibilidad, como es el caso de México.
Otra pregunta en el tintero sería, si con esto, ¿la periodista Carmen Aristegui también ofrecerá disculpas? Solo el tiempo dirá.
En el ámbito económico, el gobierno federal presentó los Criterios Generales de Política Económica para el año que entra, justo en donde se establecen los parámetros de cómo se espera estén las principales variables macroeconómicas; no debemos olvidar que desde el inicio de esta administración no han cumplido en casi nada. Los desaciertos más preocupantes han sido las promesas de crecimiento y las de contención del gasto público.
La consecuencia de la suma de estas dos falsas estimaciones es preocupante. Si la economía creciera vigorosamente cuando menos habría margen para endeudarse, ya que el volumen de los recursos para pagar estaría creciendo. Pero no ha sido así. Hoy el endeudamiento total del sector público ya se acerca al 50 por ciento del PIB.
Hay que recordar que en los Criterios para el 2013 se estimaba que para 2016 la deuda fuera de alrededor de 36 por ciento del PIB, por eso la preocupación de las calificadoras Standard& Poor y Moody’s al conocer los resultados de la deuda pública y de la deuda de los bancos.
Ráfagas de poder:
A pesar de que el gobierno federal anunció un recorte al gasto, debemos asumir que esto, es costoso, política y económicamente. Sin embargo, el crecimiento económico, en lo que va de este gobierno no ha impulsado la economía, dada la mala calidad, ejemplo de ello, hospitales que se terminan de construir, pero no llegan a operar por falta de recursos, obras de infraestructura que quedan a la mitad, adquisiciones de productos o servicios que no sirven. En fin debe trabajarse mucho no sólo en los recortes sino hacerlos y aplicarlos honestamente y muy supervisados. No hay de otra.
@lkaim